
Miento al decir que soy otro pero vivo en el abismo, no es que mi corazón esté roto es que ya no es el mismo. Mis ojos están secos, ya no lloran, pero quiero desahogarme de este peso que me controla. Y quizás sea verdad, ya no sé qué creer, quizá el amor no exista y me pregunto por qué creí en él. Las promesas son mentiras, el silencio te escucha, el tiempo nos olvida, la vida es una continua lucha. El paisaje cambia porque no puedo pintarlo yo; si sigo aquí es porque tengo un contrato con Dios.
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