11/3/09
Le asustan los ruidos y también la tranquilidad. Le gustan los mimos pero respira en soledad. Se hace fuerte ahí, dónde no lo vi y se esconde siempre que hay MALDAD. El vive escondido conversando con su piedad. Se queda en vilo para no tener que soñar y ahuyenta sus ganas, luego se las pone a buscar. Y se enreda ahí, dónde sí lo vi y le encanta no poder robar. Se roba a sí mismo para poder continuar, sin probar. Sólo una vez, pudo reírse de su contradicción y de volar, como si fuera un pez que ahora camina cumpliendo una misión. Sólo una vez pudo aguantarse de querer existir, logró burlarse del sentido común y de las cosas que no saben morir. Buscando descanso, siempre encuentra un aluvión y sólo se cubre con los restos de una canción. Se remienda ahí, con su bisturí y de pronto todo es ilusión. Se abraza, se cuida y se estrella como un avión, sin razón.
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