1/9/09

Se arriesgó y perdió. La tonta una vez más volvió a creer en el amor, olvido que existía el olvido y que la suerte en estos días andaba media dormida. Dio todo pero nunca hubo devoluciones. Ahora anda en compañía de la soledad, su fiel compañera. No quiere pero cree que su destino es el de una cenicienta sin príncipe, sin media noche ni zapatito de cristal.


Renuncio al final feliz, se dio por vencida y no pudo ser la protagonista de su propio cuento de hadas.

No hay comentarios: