11/9/11


Nadie tiene la obligación de salvarnos. Muchos tenemos la jodida costumbre de querer encontrar en los demás lo que, de cierta manera, nos salve. Pero hay que dejar fluir las cosas. Hay que aprender a perder, pero también a ganar. Pensamos que todo pasado fue mejor y no nos concentramos en vivir el presente. Todos nos equivocamos, nadie esta exento de los errores. No sirve el olvido, y algunas veces ni siquiera sirve el perdón y algunos están condenados a vivir con esa carga.

Hay cosas que me tienen que dejar de importar y tengo que saber que nadie es indispensable. Y tenemos que darle el tiempo que necesitan las heridas para sanar. No apuremos las cosas, porque capaz lastimamos a personas que no se lo merecen.

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